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La pizza era casi desconocida en Karakol, pero paso a paso se abrió paso y se convirtió en un restaurante muy popular entre turistas y lugareños.
Por supuesto, no deberías esperar una pizza italiana, pero si estás buscando la versión kirguisa de la misma, quedarás sorprendentemente satisfecho. La dueña del lugar aprendió a hacerla en su carrera en un restaurante internacional y lo trajo con éxito de vuelta a su ciudad natal.
La masa es casera y los ingredientes que se utilizan para condimentar son frescos. Personalmente, me sorprendió positivamente el queso utilizado en la pizza. Si eres perezoso para moverte desde su hotel, puedes pedirla con entrega a domicilio y si pides más de una pizza no tendrás ningún cargo adicional.
Por otro lado, si decides ir al restaurante lo encontrarás justo en el centro de Karakol junto al parque. Aunque no es muy grande, tienen mesas para comer dentro, pero no te preocupes si vais un grupo grande porque también hay un montón de mesas fuera. El ambiente del lugar es tan familiar que es como estar en el comedor en casa debido al personal que es, nunca mejor dicho, ‘lovely‘.